viernes, enero 18, 2008

¿qué paso con los cambios requeridos para construir una democracia participativa y representativa?. Manuel Roman.

Estimados camaradas:
Después de leer el documento “Que el dialogo se haga parte entre nosotros” al cual me adhiero fraternalmente. Por una parte lo que significa en términos de propuesta y por otra porque quienes firman y quienes se están sumando forman parte de una generación compartida y con una calidad política, moral y ética reconocida. Es verdad también que echaba de menos desde hace mucho tiempo una propuesta distinta a la contingencia y que busque remecer la conciencia de la gran necesidad de reconocer y recuperar nuestras raíces para los tiempos actuales y como una forma de proyectarnos al futuro.
En este contexto, aunque la lectura para muchos es un tema del pasado, sin embargo la memoria histórica va quedando olvidada y no nos permite reconocer cuantos compromisos existieron, basados en nuestras raíces. Es una forma de apelar a los compromiso político olvidados, es apelar a un espacio de tiempo donde se lucho desde distintos espacios, tiempos y formas, sin embargo nos quedamos administrando lo mismo que rechazábamos.
El documento que adjunto, es aquel construido por la Asamblea de la Civilidad, en 1986, en donde entre otras cosas apelan a que la democracia se construye con el pueblo y por desición del pueblo; que se requiere de una Constitución democrática ratificada por aprobación popular; el fortalecimiento de las organizaciones sociales; el término de la mercantilización de la educación y la cultura; la construcción de un sector de economía social, solidaria y popular con apoyo técnico y financiero del Estado. En ese contexto los DC estábamos sumados.
También cabe recordar que con el inicio del proceso democrático en el país, se solicito a todas las instancias que luchaban contra la dictadura, estuvieran en silencio para poder consolidar el proceso democrático que se iniciaba y los DC estuvimos disponibles para apoyar y facilitar el inicio de un nuevo proceso político, sin embargo en el transcurso del tiempo: ¿qué paso con los compromisos adquiridos?; ¿qué paso con los cambios requeridos para construir una democracia participativa y representativa?; ¿ qué paso con una constitución aprobada por el pueblo?; ¿qué paso con el fortalecimiento de las organizaciones sociales?; ¿qué paso con el fortalecimiento y construcción de un tercer sector de economía social, solidaria y popular, donde se encuentran la microempresa, las cooperativas, los artesanos, etc.?, entre otros.
Al parecer la riqueza que provee la actual Constitución Política de la República, aprobada en un proceso fraudulento, en dictadura y sin participación popular, es funcional a las oligarquías dominantes sean estas económicas y políticas o su amalgama y de esto no se escapa el 90% de la clase política, es cómoda para sus intereses; lo más importante y rescatable es la dadiva que entrega a la sociedad civil, porque participación popular no existe, me refiero al sólo hecho de emitir el voto cuando “se les diga y porquien se les diga”.
El sistema electoral binominal afianza el poder de unos pocos, que dicen lo que se hace y no se hace, esto a calado fuerte en la DC, lo que ha llevado a que las ideas, el dialogo, la participación, los caminos del humanismo cristiano y de la doctrina social de la iglesia, la forma de hacer política desde la base social, han quedado bajo la mesa y en algunos casos prácticamente desechados.
Es en este sentido que apelo a nuestro compromiso con el cristianismo, el humanismo cristiano, la doctrina social de la iglesia, la democracia y la libertad con el camino que nos mostraron aquellos que ya no están y algunos pocos que aún permanecen con nosotros, con quienes en algún minuto teníamos diferencias pero nadie puede desconocer su aporte, compromiso y participación; lamentablemente al interior de la DC se desplegaron los intereses personales, los intereses de poder, el mercantilismo de la política porque la han transformado en un nuevo nicho industrial que genera recursos, el clientelismo político, lo que conlleva a que no exista recambio, las caras son las mismas como si la DC no tuviese más gente con capacidades, inteligencia o voluntad de servicio público. En estos aspectos es que me invita el documento expuesto por ustedes, que se pueda y podamos levantar una propuesta de dialogo, consolidando un espacio de debate político serio, convocante a los que tengan interés en recuperar nuestra senda, en torno a lo que debemos hacer como DC para servir al pueblo, a las personas y a la comunidad. Porque además soy un convencido que si la DC tiene la capacidad de actuar y vivir en comunidad, dentro de las diferencias dadas por la naturaleza humana, podremos recuperar el camino y la senda de nuestras raíces, mostrar que recuperar nuestras raíces y asumir el legado de los fundadores es posible, que hacer política de una manera distinta actuar a partir del cristianismo que da la fuerza suficiente para servir.
La discusión y debate político en serio, con altura de miras, permitirá además reconocer que la política no es sólo el arte de gobernar, sino también es un espacio formativo de la sociedad, en ese contexto es que el dialogo político pueda incorporar insumos para el rol de liderazgo que nos compete en las distintas instancias de nuestro actuar y permitirá convocar a quienes hoy nos han observado y alejado de la política y los políticos.
Nuestra responsabilidad política es alta y debemos asumirla como corresponde, por esto es que me nace decir:
Porque los DC no llamamos a una Asamblea Constituyente para una Constitución democrática y participativa; Porque los DC no convocamos a terminar con el sistema binominal; Porque los DC no invitamos a fortalecer la organización y redes sociales y/o comunitarias que fortalezcan y validen la democracia; Porque los DC no trabajamos en la tarea inconclusa del gobierno de Eduardo Freí M. y el compromiso de nuestros fundadores, construir un tercer sector de economía social, cooperativa, solidaria y popular, como lo plantea la OIT y la ONU en una serie de documentos; Porque los DC no trabajamos desde la base de la sociedad civil con un compromiso de reivindicación social y comunitaria; Porque los DC no trabajamos para la democratización de los medios de comunicación que hoy como los radiofónicos 80% en manos extranjeras, escritos en manos de poderosos consorcios, televisión en manos de los dueños del capital y el empresariado, mientras las radios comunitarias fueron hundidas con la ley maldita que no les permite financiamiento si no es por aporte voluntario y la TV digital va por el mismo camino, evitando las posibilidades de expresión de la sociedad civil y sus componentes; Porque los DC no afianzamos compromisos reales con el medio ambiente, el agua, el aire, la alimentación, el problema climático, entendiendo que lo que pedimos prestados a nuestros hijos no vamos a tener como devolverlo; Porque los DC no nos comprometemos con los pueblos originarios; y otras materias más como la educación real y abierta para todos, la salud, el trabajo, la vivienda; muchas de ellas expresadas en los resultados del V Congreso.
Son muchas las tareas que forman parte de nuestro quehacer y compromiso político Cristiano y Humanista. El pueblo DC también piensa, más aún cuando algunos todavía creen que por el hecho de ser dirigentes o con cargos públicos tienen tuición por sobre la base, no entendiendo que es la base la que les da el soporte a ellos y principalmente al Partido, no somos una masa no pensante que sólo emitimos un voto, somos los que siempre hemos dado la fuerza que requiere el PDC para ser un eje importante en el soporte del país.