martes, enero 22, 2008

MONUMENTO A JAIME GUZMAN. Jose Reyes.(Pepín).

Estimado Carlos:
He leído en tu blog la opinión que mi apreciado hermano Edgardo, hoy ciudadano independiente pro-concertación, emite sobre la posible presencia de la Presidenta Bachelet en el acto de inauguración del Monumento a Jaime Guzmán. Quiero discrepar fraternalmente de él. Ya es hora que pongamos un término al rencor, el resentimiento y las descalificaciones que tanto mal nos hicieron en el pasado y que nos condujeron a la gran tragedia de Chile como fué el quiebre de la Democracia y su muy dolorosa secuela de violaciones a los derechos humanos.
Si la Sra. Presidenta (que es un paradigma de víctima: perseguida, encarcelada, torturada, exiliada, con su Padre fallecido en la cárcel por torturas, etc. etc.) ha decidido, según lo manifiesta Edgardo, hacerse presente en dicho acto, es que tiene la conciencia que ha llegado la hora de la reconciliación. No de aquella fijada por decreto, sino la verdadera, la que nace del corazón. Cuánta falta le hace hoy a Chile dicho espíritu. Con una oposición que está dedicada a demoler la institucionalidad y el respeto por el Gobierno legalmente constituído y elegido por el pueblo. Con varios personeros políticos, de las filas de la Concertación, más dedicados a sus propias banderas personales que a servir al país; con aquellos descolgados de los Partidos que los eligieron, pactando con los que sólo ayer eran sus adversarios y con los ciudadanos abandonados a su suerte en los problemas del día a día.
En ésta tóxica realidad política, que explica el rechazo abrupto que manifiestan los ciudadanos a ésta actividad y a los Partidos Políticos de ser efectiva la presencia de Bachelet en dicho acto, puede ser el comienzo de una nueva etapa en nuestra convivencia. No hay que olvidar que, a pesar de las muchas discrepancias que pudiéramos tener con Jaime Guzmán, el fué víctima de aquel odio irracional e inhumano que también en su momento nos privó de la presencia en éste mundo, de Edmundo Pérez Zujovic y de nuestro camarada del extremo sur Juan Millalonco entre otros. Mismo odio irracional que fué el que guío a todos quienes violaron los derechos humanos.
Ya es hora de terminar con ésta espiral de odio e inhumanidad; la vida de todo ser humano es igualmente valiosa y nadie ha obtenido licencia para disponer de ella. Así lo pensamos los Cristianos a los que no nos importa el color o el pensamiento de las víctimas, sino que solidarizamos con ellas, por el sólo hecho de serlo.
Te saluda en la confraternidad
D.C.
JOSÉ F. REYES S.
Consejero Provincial
P.D.C. La Florida