.....EL TEMA DE FIN DE SEMANA...SEXUALIDAD...Eyaculación precoz

Quizá esta definición no sea suficientemente precisa y pueda llevar a confusión. Se habla de control adecuado −y no de control absoluto−, y este matiz es fundamental. Cuando la excitación masculina llega al llamado "punto de no retorno", ya no es posible ningún tipo de control y la eyaculación es inminente. El tiempo que un hombre necesita para lograr otra erección después de haber eyaculado es lo que se denomina "período refractario", el cual suele ser mayor con el paso de los años. Muchos jóvenes, en cambio, pueden recuperar la erección antes, incluso, de que su pene salga de la vagina. De ahí viene aquello de "dos o tres sin sacarla", asociados al fulgor de la juventud.
No basta una experiencia de descontrol de vez en cuando para considerar que se trata de eyaculación precoz. Si un joven mantiene relaciones sexuales cada dos o tres meses, es lógico que eyacule rápidamente. Los estímulos menos frecuentes son más intensos, por lo que la respuesta sexual se acelera y precipita el orgasmo. La ventaja a esa edad es que se puede repetir el coito sin problemas. Por lo que una rápida eyaculación puede tomarse como una expresión de intensa atracción: un homenaje a la persona deseada.
Además, hay que recordar que la penetración no es la única forma de satisfacer a la pareja, ni siquiera la más requerida por las mujeres para alcanzar el orgasmo. Conforme la edad aumenta, el impulso eyaculatorio se serena. Es posible que ya no se tengan tantas posibilidades de repetir, pero se gana en control y se suele aguantar durante más tiempo en erección. Desde un punto de vista clínico, es preferible hablar de control de la eyaculación y no de eyaculación precoz, ya que se ajusta mejor a la esencia del problema.
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