miércoles, mayo 16, 2007

La polémica metáfora doméstica de Cardemil

Una enérgica respuesta lanzó el ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, al diputado RN-UDI y ex alto funcionario de la dictadura, Alberto Cardemil, que manifestó que “estamos transitando de la ideología de la corrupción a la ideología del despelote” durante la discusión de la ley penal juvenil. Según Cardemil, Chile “se esta pareciendo cada vez más a la familia cuya dueña de casa no manda”.
“Si bien el diputado ha hecho el símil de la dueña de casa que, entre comillas, no sabría gobernar, yo le podría decir el mismo símil de la casa en que quienes no pueden entrar nunca por la puerta ancha quieren colarse por la ventana a La Moneda”, replicó Viera-Gallo en una resonancia al libro “El desalojo”, de Andrés Allamand, convertido en texto de cabecera de la línea “dura” de la derecha.
Cardemil arrancó recordando a Jorge Schaulsohn en su idea que la Concertación “había adoptado una ideología de la corrupción y yo creo que tenía razón”. Especificó luego que no estaba hablando de que los parlamentarios de la Concertación “son una manga de abusadores o de ladrones o de incorrectos, porque no es así. Y yo conozco a muchos de ustedes”.
Sostuvo que el problema “es que estamos transitando de esta ideología de la corrupción, y voy a usar la palabra en el exacto sentido de la Real Academia, a la ideología del despelote. Ideología del despelote, en el sentido de desorden, de irresponsabilidad. Vemos cómo se acumulan los problemas, se superponen los problemas unos a otros, sin soluciones, pasando cada vez a situaciones de mayor gravedad, los ministerios se suceden, nadie atina, no hay una agenda asertiva. No hay una agenda de La Moneda”.
Según Cardemil, Chile se está pareciendo a la familia “cuya dueña de casa no manda, no tiene claro qué decir; los niños llegan a cualquier hora, se atrasa el almuerzo, no hay plata para la comida, se extravía el presupuesto en materias de gestión que no estaban consideradas, y el dueño de casa sale a emborracharse, cegando las posibilidades de futuro de la misma familia”.
Viera-Gallo respondió que cualquier ciudadano honesto, que mire las cosas objetivamente, podrá reconocer errores en algún u otro programa de Gobierno, pero “de ahí a sostener que este Gobierno, este ministerio, este gabinete, no es capaz de conducir el país, que no tiene ideas claras y que al final somos todos una tropa de irresponsables, creo que hay un abismo”.