ADHIERO. Manuel Roman.
Estimado Carlos:
Me adhiero al titular de tu comentario “renovarse o morir”. Sin embargo no bastara con renovarse, no bastara con hacer uno y mil análisis de lo que sucedió, no bastara con hacer alardes de voluntad; creo firmemente que llego la hora de retomar el camino y rescatar lo que siempre nos permitió contar con un piso firme, rescatar nuestras raíces.
Comparto con Marcelo Trivelli, sus palabras cuando manifiesta caballerosamente pero con firmeza que “la derrota es de responsabilidad de una generación que aporto mucho a Chile pero ha sido incapaz de renovarse y generosamente desprenderse del poder” agregaría que hicieron de la política un producto de mercado que entregaba buenos dividendos y con una mano de obra gratuita y una clientela fiel, permitía consolidar a una oligarquía ansiosa de poder por el poder. Es por este motivo que creo fervientemente que quienes no tuvieron la capacidad de dirigir con todos y para todos, deben dar un paso al lado y no seguir en la senda de destruir la credibilidad que va quedando, porque nuestro PDC no puede seguir siendo lo que es hoy.
Es un momento difícil que será superado en la medida que todos nuestros camaradas reflexionen, porque si bien la ambición desmedida por el poder los llevo a olvidarse del objetivo de nuestro Partido; somos muchos los que estamos dispuestos a tomar las riendas de una comunidad política humanista y cristiana, para servir. Hay que iniciar una gran revolución interna, una revolución en libertad que nos anime y aunque la carpa de este circo este parchada por todos lados, las cuerdas gastadas, debemos continuar contra viento y marea. Porque siempre existe una luz al final del camino, hacia ella debemos avanzar y no seguir enterrándonos en la oscuridad a la que unos pocos nos han llevado, cerrando todas las puertas de participación.
Por esta razón a todos quienes lean estas palabras los invito, como dice mi camarada Trivelli, a soñar la política porque la política sin sueños ni utopías, termina irremediablemente en una situación sin destino. Camarada es hora de exigir la participación amplia y si no la permiten hay que tomársela, ATREVETE a recuperar las raíces, ATREVETE a poner de pie a nuestro PDC, ATREVETE a cumplir la palabra empeñada, ATREVETE a actuar en comunidad para que unamos nuestras voluntades, con humildad y sencillez, volvamos a retomar nuestra senda de servir con tod@s a tod@s.
Me adhiero al titular de tu comentario “renovarse o morir”. Sin embargo no bastara con renovarse, no bastara con hacer uno y mil análisis de lo que sucedió, no bastara con hacer alardes de voluntad; creo firmemente que llego la hora de retomar el camino y rescatar lo que siempre nos permitió contar con un piso firme, rescatar nuestras raíces.
Comparto con Marcelo Trivelli, sus palabras cuando manifiesta caballerosamente pero con firmeza que “la derrota es de responsabilidad de una generación que aporto mucho a Chile pero ha sido incapaz de renovarse y generosamente desprenderse del poder” agregaría que hicieron de la política un producto de mercado que entregaba buenos dividendos y con una mano de obra gratuita y una clientela fiel, permitía consolidar a una oligarquía ansiosa de poder por el poder. Es por este motivo que creo fervientemente que quienes no tuvieron la capacidad de dirigir con todos y para todos, deben dar un paso al lado y no seguir en la senda de destruir la credibilidad que va quedando, porque nuestro PDC no puede seguir siendo lo que es hoy.
Es un momento difícil que será superado en la medida que todos nuestros camaradas reflexionen, porque si bien la ambición desmedida por el poder los llevo a olvidarse del objetivo de nuestro Partido; somos muchos los que estamos dispuestos a tomar las riendas de una comunidad política humanista y cristiana, para servir. Hay que iniciar una gran revolución interna, una revolución en libertad que nos anime y aunque la carpa de este circo este parchada por todos lados, las cuerdas gastadas, debemos continuar contra viento y marea. Porque siempre existe una luz al final del camino, hacia ella debemos avanzar y no seguir enterrándonos en la oscuridad a la que unos pocos nos han llevado, cerrando todas las puertas de participación.
Por esta razón a todos quienes lean estas palabras los invito, como dice mi camarada Trivelli, a soñar la política porque la política sin sueños ni utopías, termina irremediablemente en una situación sin destino. Camarada es hora de exigir la participación amplia y si no la permiten hay que tomársela, ATREVETE a recuperar las raíces, ATREVETE a poner de pie a nuestro PDC, ATREVETE a cumplir la palabra empeñada, ATREVETE a actuar en comunidad para que unamos nuestras voluntades, con humildad y sencillez, volvamos a retomar nuestra senda de servir con tod@s a tod@s.
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