miércoles, enero 17, 2007

...ABORTO Y ETICA...ALEJANDRO SALAS..

Del aborto y los "temas valóricos", la cuestión es de responsabilidad; del viejo “hacerse cargo” y en este sentido las posturas “pro” y “anti”, dilémicas e irresolutas por sí mismas, no hayan ocasión. Una fomentan la irresponsabilidad individual porque no ven como la sociedad, mediante sus instrumentos, puede hacerse cargo del problema que aqueja a la persona que embarazándose ve o siente que su mundo se viene abajo, se deprime, se angustia; así , siendo permisivos al extremo, se liberan a ellos mismos del peso social que tal pena provoca; así liberan su conciencia de no hacerse cargo. La otra, exigiendo responsabilidad individual, se transforma en represiva y punitiva, pues no haya mecanismos que amparen la situación problemática de quien se embaraza y, en consecuencia, tampoco promueve que la sociedad se haga cargo. Después de todo, ambas posturas se asemejan, pues mientras una actúa como el padre permisivo con su hijo para no tener que asumir su deber de velar por su seguridad, bienestar y cariño; la otra tampoco asume tal deber, prohibiéndole para no tener que afrontar las inseguridades, incomodidades y falta de cariño de aquel hijo.
La cuestión ética exige responsabilidad compartida entre persona y sociedad, mas en un mundo donde se promueve la competencia individual, donde todo vale para lograr el deseado “éxito”, sólo tiene lugar la incertidumbre y el desamparo; nada hay que efectivamente fomente este “hecerse cargo”, por el contrario, todo avala la destrucción de los obstáculos. En este mundo así, cualquiera que intente reprimir la voluntad mediante la prohibición estará destinado, tarde o temprano, al fracaso. De aquí que el afrontamiento de los “temas valóricos” requiera de la construcción y promoción de una nueva ética; una nueva cultura que refleje una sociedad que ampara a sus miembros y, desde allí, promueve la responsabilidad individual, pues sus miembros pueden ver con claridad que en ella alcanzan respaldo y protección; dejan de sentirse solos.
Dicho más simplemente: Si la sociedad no tiene cómo hacerse cargo de la pena y miedos de sus miembros, ni debiera dejarlo solo en la cruda decisión de eliminar lo que considera un obstáculo (el hijo en el vientre), ni debiera prohibírselo si no le ampara. Lo demás son discusiones entre “permisivos irresponsables” y “moralistas irresponsables".